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Becas de Arte, Ciencia y Tecnología 2023
Anexos
PLANO LABORATORIO
RIDER TÉCNICO
Máquinas para Atrapar Cometas y Meteoritos: Electrónica Estelar y Reparación Rudimentaria

Máquinas para Atrapar Cometas y Meteoritos abre su invitación a todxs lxs interesadxs en explorar una relación crítica, poética y no utilitaria con la tecnología, a través del cacharreo, la reparación y la invención de máquinas imposibles que cuestionan la obsolescencia, el consumo y las formas en que habitamos —y resignificamos— el mundo material.
¿Puede un cuerpo celeste depositarse en un maletín? Ésta es una de las inquietudes que aborda el laboratorio ganador de la Beca Plataforma Bogotá – Arte, Ciencia y Tecnología 2024 Máquinas para Atrapar Cometas y Meteoritos: Electrónica Estelar y Reparación Rudimentaria. El laboratorio, creado por Marianna Velasco, maestra en Arte de la Universidad de los Andes, con énfasis en Medios Electrónicos y Artes del Tiempo y opción en Computación Visual, busca explorar la relación de los seres humanos con la tecnología a través de la indagación semántica en las máquinas, convirtiéndose en un espacio en que se reflexionan las nociones mercantilistas que sustentan la interacción con las máquinas en nuestro tiempo.

Reproductor Auditivo a Distancia de Incidentes Orbitales (R.A.D.I.O). Parte de la instalación S.T.A.R. O.F.F.I.C.E. de Marianna Velasco (2023) Cortesía de la Universidad de los Andes
Máquinas para Atrapar Cometas y Meteoritos surge de la reflexión que hace Marianna Velasco sobre la relación de los seres humanos con la tecnología. Para ella, más que una correspondencia, el vínculo entre hombre y máquina se media por una idea de utilidad, en la que no se profundiza en la forma en que los objetos nos permiten entender y relacionarnos con el entorno. “La tecnología no es un medio para que nosotros nos sintamos más cómodos, sino una manera que nos sirve para apropiarnos del mundo”, menciona.
En su búsqueda por esa resignificación, este espacio propone aprender a inventar, reparar y construir máquinas teniendo en mente un propósito imposible: capturar meteoritos y cometas. En el proceso, los participantes se relacionarán con prácticas como el cacharreo, el DIY y el Circuit Bending, que les permitirán aprender distintas técnicas experimentales desde el campo de la electrónica. Las ‘máquinas estelares’ que se construyan serán hechas de partes de otras máquinas obsoletas y contarán con un manual de “usuario” con diagramas e instrucciones, paso a paso, pensado para que las máquinas puedan ser replicadas en el futuro por cualquier persona interesada.
El laboratorio se inspira en una postura crítica frente al consumismo, con la que pretende reflexionar acerca de la obsolescencia programada. Si bien la obsolescencia de un objeto puede considerarse el fin anticipado de éste debido a los avances y cambios en el ámbito técnico y las dinámicas del mercado, la obsolescencia programada es la determinación preestablecida desde la fabricación del momento en que el objeto dejará de funcionar. Este tipo de condicionamiento industrial impide que las relaciones de las personas con los objetos perdure en el tiempo, de manera que es uno de los obstáculos para que se establezcan lazos afectivos entre sujeto y objeto. El laboratorio se presenta, pues, como un espacio en que se podrán dar apertura a otros significados en los objetos más alladel ámbito de la funcionalidad por medio de la re-creación y re-construccion de máquinas que han sido diseñadas de fábrica para otras finalidades.

Ejecutor Jerárquico para Emergencia de Cometas Transitorios (E.J.E.C.T). Parte de la instalación S.T.A.R. O.F.F.I.C.E. de Marianna Velasco (2023). Cortesía de la artista.
Comprender de dónde surgió la idea de ‘atrapar cometas’ ayuda a entender los propósitos y los alcances de éste, como también la manera en que esta propuesta es una apuesta simbólica a las lógicas utilitarias. “Pensé, para uno de mis proyectos universitarios, en lo que pudiera contener el maletín de un cazador de cometas y meteoritos”, cuenta Marianna. De ahí pasó al boceto de la oficina de este imaginario cazador, luego a los objetos utilizados para este objetivo. Aquí estaba ya la tesis fundamental del laboratorio: la construcción de otros significados para la máquina a través de una “labor imposible”. Si se despoja a las máquinas del contenido utilitario en que se han situado, sin desecharlas a ellas mismas, se asiste al enriquecimiento, no de servicios, no de funciones, o de características, sino a la apertura de significados.
“La relación que tenemos con la tecnología es un desastre”, enfatiza Marianna. Y no es para menos, pues, “nos domina la falta de interés. Vemos la tecnología simplemente como lo que nos presta un servicio y eso crea distancia”. El laboratorio servirá como una especie de despertar en que los objetos reelaborados, remendados y recreados volverán a ser una compañía. “Reelaborar lo hecho para resignificarlo es una de las labores del arte”, menciona.
Así también, “el laboratorio es un impulso para que la gente se proponga arreglar los objetos”, lo que supone una apuesta política definida por la artista. En este sentido, el laboratorio está influenciado por los proyectos de elaboración propia, por las siglas en inglés DIY (Do-It-Yourself), un movimiento que incentiva la construcción de proyectos y artefactos a través de un proceso de autogestión. Una sociedad de objetos ultra-tecnificados es la misma sociedad de los sujetos pasivos, en la que la utilidad desbordada de los objetos de consumo va de la mano con la incapacidad de las personas de transformar y reparar con sus propias manos y conocimientos. Dicha ruptura, a través de la intervención autogestionada en el proceso industrial, cuestiona no solamente la posición del objeto despojado de significado, sino también la del sujeto que, al re-crearlo, re-construirlo, vuelve a intervenir en el mundo como lo que es. Es justamente “por la intención del que se sienta a arreglar sus cosas”, que Marianna encuentra valor en el DIY. Esa intención de hacer las cosas por uno mismo, de no esperar que haya una solución prefabricada para cada problema y un problema premeditado para cada solución, es lo que transforma este laboratorio en una apuesta política, que emerge al recuperar los objetos en el afecto de la mirada y en una reparación, que más allá de prolongar la vida del objeto, está llena de aprendizajes.

El laboratorio también contará en las diferentes fases con la participación de invitados de diversos campos de conocimiento,que compartiran sus proyectos y experiencias, invitando a pensar otros significados para los objetos que permitiran a los participantes reflexionar acerca de la creacion de sus máquinas: Federico Reyes Mesa, artista, diseñador, curador y magíster en estudios culturales; Alejandro Duque, artista experimentado en arte basado en redes (net.art), tecnologías de streaming y las artes de la transmisión; y David Tovar, geólogo de la Universidad de Minnesota, quien invitara a los participantes a aproximarse a contemplar los cometas y meteoritos en el domo del Planetario de Bogota.
Máquinas para Atrapar Cometas y Meteoritos: Electrónica Estelar y Reparación Rudimentaria se llevará a cabo los martes y los jueves de 4 a 7 p.m. desde el 16 de septiembre hasta el 30 de octubre, en Plataforma Bogotá, ubicada en el segundo piso del Planetario de Bogotá.
Este laboratorio en su abordaje metodológico, reconoce seis momentos fundamentales, que permitirán a los participantes construir sus máquinas para “atrapar” cometas y meteoritos, estos son:
1. Fase de aprendizaje:
Aquí se comparten los fundamentos que sostienen todo el laboratorio. Primero, se introducen los antecedentes, la metodología y las bases teóricas que permitirán comprender lo que vincula todo este proceso. Posteriormente, se abre un espacio para reflexionar sobre la relación entre la radioastronomía, las prácticas artísticas y el espacio.
2. Fase de cacería y búsqueda:
Los participantes exploran un mercado de pulgas de la ciudad en busca de un objeto significativo, piezas electrónicas y chatarra. La idea es encontrar dispositivos que despierten curiosidad y que puedan servir como materia prima para la construcción de una máquina personal. Este recorrido no es solo técnico, también es una experiencia de descubrimiento: cada objeto encontrado es una posibilidad en la creación de un objeto nuevo.

3. Fase de ideas y bocetación:
Aquí se aproxima a una breve introducción a los circuitos electrónicos más básicos y a la comprensión de sus componentes. Poco a poco, los participantes desarman sus máquinas, identifican qué piezas podrán reutilizar y empiezan a imaginar una narrativa estelar para ellas: ¿Qué historia cuenta la máquina? ¿Qué funcionamiento imposible se podría inventar? En este punto realizarán bocetos y desarrollarán un plan para construir sus máquinas.
4. Fase de construcción:
En este periodo se realizan las pruebas a los circuitos elaborados, se sueldan los componentes electrónicos y se personalizan las máquinas.
5. Contemplación y avistamiento:
Se hace una pausa en el taller para observar al cielo en un diálogo que permitirá a los participantes ver las estrellas desde un abordaje científico y conocer un poco más del comportamiento de los cometas y meteoritos.
6. Fase de Socialización:
Se desarrollará en dos partes. Se realiza una charla abierta al público, en la que se proyecta un video del proceso de construcción de las máquinas. Segundo, se realiza una muestra en la que cada participante expondrá su máquina, y contarán cómo estas funcionan.
Marianna Velasco
Máquinas para Atrapar Cometas y Meteoritos: Electrónica Estelar y Reparación Rudimentaria tiene sus inscripciones abiertas hasta el 4 de septiembre de 2025.






