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La poética de los errores: Des-armando Máquinas - Imágenes
El 21 de agosto de 2025, Plataforma Bogotá, del Instituto Distrital de las Artes - Idartes, inauguró La poética de los errores: Laboratorio de interfaces de fotografía experimental para smartphones. Esta experiencia expositiva reúne las creaciones de los participantes del laboratorio a cargo del colectivo El Desguazadero, ganador de la Beca Plataforma Bogotá - Arte, Ciencia y Tecnología 2024.
La propuesta de La poética de los errores partió de una postura crítica frente a la ‘fotografía tradicional’. Lejos de pensar en imágenes pulidas y perfectas que inundan las pantallas, el laboratorio propuso ‘el error’ —la distorsión, la sobreexposición— como recurso estético. A través de imágenes captadas con cámaras híbridas de medio formato, impresas en 3d y lentes recuperados, piezas recicladas y adaptaciones construidas en el laboratorio, los participantes exploraron los límites entre el control y el accidente, lo planeado y lo que ocurre por azar.
Pruebas iniciales de los modelos impresos en 3D.
Juan José López y María Fernanda Mora del Río, artistas plásticos, coordinaron el espacio en el que dialogaron y crearon con participantes de distintos campos disciplinares. Los dos son fundadores de El Desguazadero, un colectivo artístico con diez años de trayectoria. En 2015 ganaron la Beca Nacional para Laboratorios de Arte, Ciencia y Tecnología 2015-2016 con Plataforma Bogotá y desarrollaron el laboratorio ‘Máquinas hechizas’. Desde entonces han participado en la creación de laboratorios en espacios como Voltaje y con muestras propias en exposiciones como Quanta, siempre alrededor de la articulación entre las ciencias y el arte.
“El Desguazadero se convirtió en un espacio para resignificar la relación que tenemos con la fotografía digital”, dice Juan José, “porque a diferencia de la fotografía análoga, la fotografía digital nació en fábricas”. Para ellos existe una diferencia entre los dispositivos que surgieron de experimentos como la cianotipia, el daguerrotipo y finalmente la fotografía química, con aquellos dispositivos electrónicos que se ensamblan actualmente en las fábricas. El primero implica una interacción directa no sólo con sustancias químicas y luz, sino con objetos como cajas oscuras, papeles, textiles, lentes, fuelles y diferentes tiempos de exposición. Cuando la cámara digital automatizó todo esto, se perdió esa interacción. Es por eso que el colectivo propone “entablar una relación cercana con la fotografía digital a través de la intervención de la máquina, del dispositivo”, concluye Juan José.
Proceso de desarmado de cámara digital
El laboratorio que propusieron buscó investigar y ‘abrir’ el dispositivo más cercano con el que se toman fotografías hoy en día, el celular. Hablan de ‘abrirlo’ porque, como menciona Juan Jóse López, “es un software y un hardware limitado para que funcione solo como un aparato de registro, no para capturar la luz de manera expresiva”, de allí la idea de integrar el error como una potencia creativa, al aproximarse directamente a trabajar con objetos ópticos para entablar una práctica plástica sobre la luz, en la cual puedan emerger otras imágenes.
En este acercamiento al objeto y al entender su efecto sobre la luz y su captura, los laboratoristas propusieron un ejercicio de ingeniería inversa en el que desarmaban diferentes modelos de cámaras digitales y dispositivos ópticos. La idea nació de la manera en que en diferentes países con poco desarrollo industrial y tecnológico se obtenía el conocimiento “desarmando los objetos técnicos, entendiendo cómo funcionan, reproduciéndolos e incluso modificándolos en el camino”, dice María Fernanda Mora y añade: “En nuestro caso, el incentivo para hacer cámaras viene precisamente de no poder tener objetos porque no los podemos comprar, eso es lo que nos pone en movimiento y así ha sido desde ‘Máquinas hechizas’”.
Proceso de ingeniería inversa, documentando cada una de las piezas de la cámara
Entre tanto, La poética de los errores no se limitó solo a “enseñar técnicas en el campo de la fotografía”, sino que buscó que los participantes pudiesen construir una máquina que permitiera personalizar y vincular adaptaciones experimentales, hacia nuevas posibilidades. Fue, sobre todo, un espacio para repensar la fotografía en un momento en el que la tecnología tiende a crear imágenes “optimizadas” desde el instante de la captura. Al construir cámaras híbridas y experimentar con materiales recuperados, los participantes crearon un serie de procesos en los que cuestionan la “veracidad del medio”.
“Las máquinas han sido herramientas que al final de cuentas nos permiten explorar los límites estéticos y narrativos”, dice López para luego agregar: “El error nos permite abrir posibilidades narrativas que no existen en la imagen perfecta”. Es el juego de la invención, es la historia misma de la fotografía, por medio de tecnologías que se abren, a través de “máquinas” que desmantelan las lógicas bajo las cuales habían sido producidas.
Exploraciones a través de los lentes adaptados con las cámaras
En ese sentido, cada proyecto de la muestra opera como un ejercicio de resistencia, potenciado a través del error, que surge en cada una de las posibilidades de “desconfigurar” máquinas e imágenes.
En la muestra, los asistentes podrán encontrarse con paisajes microscópicos creados a partir de flujos menstruales, donde lo íntimo se vuelve abstracto; con retratos que cambian de forma como si la identidad estuviera en movimiento; con escenas cotidianas que se repiten hasta convertirse en patrones visuales que cuestionan la memoria; o con trazos de luz que, registrados fotográficamente, componen un abecedario en código morse. También habrá dispositivos que invitan a imaginar y proyectar una mirada colectiva, a detenerse en los gestos del peatón anónimo o a reinterpretar el debate urbano sobre el metro elevado. Todas estas propuestas, distintas en su forma, coinciden en convertir el error en una herramienta para imaginar otras formas de explorar y narrar a través de las imágenes.
Exploraciones a través de cámaras desarmadas
La muestra de resultados de La poética de los errores: Laboratorio de interfaces de fotografía experimental para smartphones se inauguró en La Calle Museo - Cinemateca de Bogotá, el 21 de agosto de 2025 y estará abierta hasta el próximo 31 de agosto. La exposición será el espacio para encontrar que, en la fotografía, el error puede ser no sólo aquello a evitar, sino una posibilidad ante la estandarización en la imagen contemporánea.